Tirando los cacahuates
¡De repente el carro frena intempestivamente! La tragedia fue evitada a tiempo, al menos en la parte exterior. Sin embargo, el niño que estaba dentro del carro no pensaría eso, ya que su bolsita de cacahuates se le cayó en el piso de la camioneta.
Esto podría ser una tragedia para él, si donde se cayeron los cacahuates estuviera sucio. Su mamá le permitiría recogerlos, siempre y cuando estuviera el piso limpio.
Por Roberto Ewing.
Muchas veces somos como este niño, en vez de los cacahuates son nuestras emociones las que se derraman frecuentemente, en algunas sacudidas de la vida. Cuán limpio esté nuestro hombre interior determinará cuánto podremos recogerlas y guardarlas en ese buen depósito en nosotros que es una bendición, o las tomaremos con suciedad, como murmuración, sentimientos crueles, amargura. Sólo podemos poseer lo que podemos mantener bajo presión.
Así que Dios permite las presiones de las tinieblas sobre nosotros para probar abiertamente a otros lo que Él ya sabe, esto es, cuánto de la herencia del amor, gozo, paz de Cristo podemos mantener después de que nuestras emociones se han derramado.
La Noche.
La noche en la Biblia generalmente habla del mal, no en el sentido de pecado únicamente, sino, en el sentido de ría, aflicción, adversidad y calamidades. “Que formo la luz y crío las tinieblas, que hago la paz y crío el mal. Yo Jehová soy que hago todo esto”. Is. 45:7. Debemos tener la prueba antes de tener el testimonio para Cristo. No es un testimonio para Cristo cuando atravesamos una experiencia como el perdedor. Sin embargo cuando las pasamos con canto y alabanza a Dios, como Pablo y Silas en la cárcel de Filipo, entonces la gente notará que poseemos algo que ellos necesitan. Después de todo, somos como la vitrina de Dios, y deberíamos permitirle mantenernos limpios y también abastecernos de su gran calidad de naturaleza divina que sólo proviene de Él.
Uno no necesita buscar mucho para encontrar en la Biblia los diferentes tipos de noche y los diferentes tipos de “cacahuates” que Dios tiene para nosotros en tales experiencias. En las siete noches (tardes) y días de la creación se establece un modelo que marca un precedente para las siguientes noches y sus días que se muestran en la Palabra. Porque, tan extraño como parezca, éstas caen en “semanas” o patrones de sietes en toda la Biblia. Cada “semana” o círculo de siete noches reflejan exactamente el mismo patrón establecido aquí en el libro de Génesis.
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1. Visitación.
La primera noche es la noche de la visitación. “Y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas”, Gn. 1:2, y luego hizo la luz visible. ¿Qué significa esta visitación de Dios para nosotros, cuando su Espíritu trata con nosotros ya sea lo bueno o lo malo? Depende en cómo está nuestro corazón delante de Él. Cristo advirtió a Jerusalén: “no conociste el tiempo de tu visitación”.
Los orientales siempre traían un regalo, cuando visitaban a alguien. En forma natural uno determina el tipo de regalo que se lleva de acuerdo a la naturaleza de su visita. Dios llamó la liberación de Israel de su cautividad como una visitación de su parte.
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2. Separación.
Después de trabajar todo el día, a veces el tiempo de la noche es el tiempo normal para visitar. La segunda noche de la creación es la noche de la separación. Aunque en cada una de estas siete noches y días encontramos este principio, aquí éste se destaca. “Halla expansión (firmamento) en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. Gn. 1:6. La expansión dividió las aguas de abajo del vapor de las nubes arriba. Durante el día uno se mezcla con el mundo. Pero Dios ha provista la noche para separarnos de las muchas presiones del día.
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3. Cubierta.
La noche es la noche de la cubierta, ya que Dios hizo en el día siguiente la vegetación para cubrir la tierra y los mares para cubrir las profundidades del océano. “Con el abismo como con vestido la cubriste”. La vegetación se menciona como una cubierta en el Salmo 65:13.
Es obvio comentar que esa noche fue la gran cubierta de Dios sobre el universo, la cual sirve como nuestra protección. Gn. 1:11.
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4. Entendimiento.
La cuarta noche es la noche del entendimiento cuando aprendemos la lección de Dios y “…una noche a la otra noche declara sabiduría. No hay dicho ni palabras, ni es oída su voz”. Sal. 19:2, 3. Dios tiene un mensaje y éste es su Hijo JesuCristo. Cuando estemos en el cielo, en vez del engaño satánico sobre la imaginación humana de que los cielos predicen el futuro de la gente, veremos que todos ellos son un cuadro perfecto de Cristo y su lugar en cada una de las dispensaciones progresivas del hombre. Gn. 1:14.
Es verdad que en la privacidad, uno encuentra que la noche es un excelente tiempo para la meditación. David lo hizo.
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5. Vigilancia.
La quinta noche es la noche de la vigilancia. ¿Por qué? Luego “toda cosa viva que anda arrastrando” (todo ser viviente que se mueve, versión 1960), lo cual incluye a todos los animales, fue creada (aunque en Génesis 1:24 dice que comenzaron a incrementarse). “Pones las tinieblas y es la noche: en ella corretean todas las bestias de la selva. Los leoncillos braman a la presa, y para buscar de Dios su comida. Sale el sol, recógense, y échanse en sus cuevas. Sal. 104:20-22. Gn. 1:20-24.
Los romanos dividieron sus noches en cuatro vigilias o velas. Nuestra civilización moderna lo ha hecho más complejo, pero el principio es el mismo, como cuando los veladores o vigías esperaban por la mañana alrededor de las murallas de la ciudad. ¡Que podamos tener nuestras lámparas encendidas!
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6. El conocimiento personal.
La sexta noche es la noche del conocimiento personal íntimo. Adán lo tuvo primero con Dios en su soledad, antes de tenerla con su esposa, Eva.
La comunión con tus amigos íntimos, el aprender a través de mutuas experiencias y profundizar en nuestro compañerismo, nos hace conocerlos. La noche muchas veces es la oportunidad para hacerlo. Dios debe ser el número uno en nuestra lista de conocimiento íntimo. Gn. 1:26.
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7. Reposo y cese de la obra (trabajo).
La séptima noche es la noche de reposo y cese de la obra. “Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho”. Gn. 2:2.
La noche o el tiempo de oscuridad para algunos es cuando su pareja busca el divorcio, o cuando su compromiso se rompe, para otros puede ser cuando tienen problemas en su trabajo. La enfermedad y muchas otras cosas pueden ser una “noche” de adversidad.
Cualquiera que sea tu “noche”, que la Palabra de Dios te mantenga limpio en tu interior, para que cuando tu pequeño carro pase por un bache en la vida, experimentes uno o más de estos beneficios mencionados anteriormente. ¡Que la visitación de su Presencia la sientas como “cánticos en la noche” que brotan en tu ser!
¡Que el experimentar tu “noche” sirva como un tamiz para cernir y separar todos los gorgojos escondidos de tu vida! La separación hacia Dios y del pecado.
¡Que experimentes el Salmo 91:1 y su cubierta al esconderte bajo la sombra del Altísimo!
Cualquiera que sea la lección que Dios desea enseñarte en tu noche de aflicción de la vida, ¡que esto te de entendimiento al meditar delante del Señor!
Y cuando lo necesites ¡que Dios en la hora oscura de Getsemaní, te cause estar vigilante y despierto con tu Señor!
También el propósito de todo esto es que tú lo conozcas en una manera íntima, y al hacerlo así, entrarás en el reposo y cesarás de tus obras.
Y una última lección: cuando de repente pases por un bache inesperado en tu vida, en lugar de que tus emociones se derramen por todos lados, puedes esperar que la tapa de la cubierta del amor de Cristo las detenga, y así no tirarás tus cacahuates.