Poemas cristianos
Mi amado es mío
Porque nuestro Dios es Uno y Él trino es,
Su nombre Jehová, Verbo y el Espíritu Santo.
El, Único creador de los cielos y de la tierra
Y esta es irrefutable verdad sobre toda filosofía humana.
Tu camino Señor sobre las muchas aguas es
y tu sendero escondido en las profundidades de la mar.
desconocidas al hombre son tus huellas
más al humilde de corazón te placiste en mostrarte
¿Dónde encontraremos a nuestro Padre y le hablaremos? ¿Dónde escucharemos su voz a que nos responda? ¿Cómo conoceré su rostro o reconoceré el tono de su voz? Si el sonido de la voz de Su Espíritu Santo ¿No me haya una vez más en la desesperación? ¿Cómo encontraré de nuevo tu silueta, sí vienes a tu placer y no al mío? ¿Cuándo escucharé de mi amado: Levántate que pronto vengo a arrebatarte? Si levanto la vista, allí Tú estás, detrás y delante tú me rodeas, Pues no hay quien de ti se esconda. Aún si, si caminas delante de mí no te vería Pero mi mano no la sueltas, no. ¡Ay! que reposara mi cabeza en Tu mano izquierda y con Tu derecha me abrazaras.
Tu Recuerdo
Tu recuerdo me acompaña y me consume
Como una mano ardiente que con fuego
No me deja olvidar que estás conmigo
Aunque rodeada de personas yo me encuentre.
Recuerdo tu visita y tu presencia,
recuerdo de tu amor y benevolencia
Recuerdo la fuerza de tu presencia
que no permitió que nada nos interrumpiese.
No hay dardos que se acerquen a mi mente
Solo tú y tu presencia, tú y tu amor, y ahora no sé.
Si caso estás aquí de nuevo Cristo y
mi recuerdo no es ya más
sino una realidad que ahora estoy viviendo.
¿Qué oigo?
Cantos espirituales, lenguas espirituales
Letras incomprensibles a la mente humana
brotan de mi espíritu a mi alma y a mi ser.
Y con voz de mando a llenar la atmosfera terrenal envío.
Porque te han de rodear a ti y Tú en todo estás,
Levántate tierra y canta!, la mar,
y todo lo que en el habita,
Los campos y todas sus flores, pájaros y bueyes,
Alabad a Jehová porque él es bueno,
porque para siempre es su misericordia,
Alabad al Verbo porque ha vencido y
preparando su novia que su regreso espera está
Alabad al Espíritu que paciente consuela a su pueblo que le vela.
Despierta Popocatépetl y tú en el aquilón Vatnajökull, Levantad vuestra lava en alabanza al creador del universo, Porque Él habló y fuisteis hechos Y en su voluntad esta vuestro tiempo. Porque, aunque la tierra se mueva, y los cielos tiemblen Su misericordia permanece para siempre. Cantad ángeles, y vosotros todos los ejércitos del cielo, Todos vosotros espíritus en la tierra creados, Porque su gloria se ha extendido sobre los cielos Y por todo el mundo se escucha su alabanza. ¿Será la amada que le canta? ¿Lo podrá traer a su posada? Será que el Todopoderoso mire abajo ¿Y en su bondad se revele a ella? Porque sus rodillas están listas a doblarse, Esperando y velando por su amado, Y la sala está vacía, y las sillas puestas, Todo listo, todo quieto, Solo en espera de Su gloria. porque Él es el único creador y él es trino, y ante él se arrodillará todo ser. Cantad a Dios, porque sólo Él es digno de vuestro canto, cantos de autoridad que envíen ángeles a la lucha, a llamar a su pueblo a cantar Su gloria, y a la naturaleza a levantar a ti sus alabanzas.
La Mar
Porque las aguas miré, y en su creador pensé,
Sus límites pusiste y no se saldrán de ellos,
Y allí estaba el tamaño de tus pies,
las huellas claras en la profundidad del mar.
La mar se embraveció y en tu poder pensé,
La mar se embraveció y en tus caminos pensé,
qué tan lejos de Seltjarnarnes estás?
¿Y qué tan lejos del aquilón yo estoy?
Miré a lo lejos y el norte me encontró, ¿Es acaso verdad que tu templo está allí? ¿Si alzo mis manos te podré tocar? ¿Estará una escalera allí para subir? Dónde está mi escalera, donde mi JesuCristo Que la brecha cerró y con su sangre me reconcilió. Grande sobre todos los cielos es Jehová, mis palabras no alcanzan a describirle Ven tú Espíritu Santo, dirige tú el vaivén, Que a la cámara de mi amado llegue este son, Y como perfume de incienso alegre su corazón Él, solo él es Santo y su bondad por la eternidad..
De Visita
Porque me recogiste de las cenizas y mi polvo sacudiste
Con precio de oro me compraste, siendo mi peso nulo,
Desechada y perdida, olvidada como un pecado,
En tus brazos me sostuviste, y mis lagrimas recogiste
a través de mi tristeza con tu mano me soportaste.
Yo, segura de haber perdido pasión y sueños Tu paciente me mirabas con un secreto amado, Hasta que un día apareciste allí, seguro y majestuoso, Con un pecho palpitante a mostrarme un secreto que tenías, ¿Qué traes en tus manos? ¿Que llevas escondido? “un corazón pequeño, de una adolescente mía, que sin pensar un día me lo entregó enamorada.” ¿No está muerto Señor? Ese mismo corazón lo he guardado en mi mano desde que tú me lo entregaste. ¡Mira! que he perdido una vida esperando ese amor, ¡Que aquí está todo lo que estaba esperando! Y allí estaba, mi corazón, en tus manos, guardado, ¿Señor, que haces tu con mi corazón? “Tú me lo diste, dijiste que era mío, y yo lo guardé, lo atesoré desde entonces, conmigo estaba bien protegido” ¿Muy bien, ahora… dónde estábamos la última vez que hablamos? Orando por Italia creo, o quizás China, Ora por mi Iglesia gloriosa y mis ungidos, ¿Ok, algo más? Si, porque mi doctrina se conserve pura.
En las huellas del pasado
Porque los hombres se ensañaron contra ti
tramando en su corazón como apartar tu rostro de si
Su arrogancia y ceguera los desvió,
Y las tinieblas cubrieron sus ojos,
Se volvieron contra Jehová, contra el Dios mío
No queriendo recordar el día grande
en que Su mano poderosa les libró.
Mas Tú, Oh Dios, con tu gran misericordia les elegiste y con tu brazo fuerte hiciste un plan para alcanzarlo. Como la leona cubre a sus cachorros de la tormenta Así nos toleraste en nuestra ignorancia Nos compraste salvación con precio más que oro siendo pecadores y nuestro precio nulo, nada diste Tu precioso Hijo en sustitución nuestra, haciéndonos heredero de Dios y coherederos con Cristo. Mas tú Nimrod con tu legado babilónico, bajarás al Seol de la mano del que te crió, y contigo tus 5 mundos llevarás, Tu académico, tus finanzas y ciencia muerta, Como serpientes detrás de ti se arrastrarán porque en la muerte como polvo desaparecen Nada fueron, ni son ni serán, y sus frutos en el fuego perecen. Como castillo imaginario evaporarán aún el placer el bajo y el religioso exponiendo a la serpiente y sus dos cabezas el deseo y la pérdida, el gusto y la trampa. El gusto de obtener todo y los dientes prestos al atrape. Quien en su satánica perversión se retuerce en su desnudez y vacío. Y al morir el hombre su mundo muere, Pero las obras de Dios permanecen para siempre y son eternas Los cielos y el ejército que le sigue Su voz las creó, Sus manos la formaron y La vida de su Espíritu sopló..
Del Calvario al Trono
De la subida de Cristo estamos cantando
Cómo Él ascendió, cada paso que Él dio,
como su sangre cubría sus vestimentas
Él ascendió, quizás, puro, quizás limpio
Pero helo aquí en la tumba, sentado mi Señor,
¿Dónde está tu ropa escarnecida?
donde está la sangre derramada?
Por qué no está en tus vestiduras Y tus ropas están blancas Dónde está tu sangre mi Señor. ¿Dónde está derramada? Es que tu Espíritu ha visitado al Padre Y rociado la sangre que el velo abrió, Llevando con él la cautividad ganada, Y ahora proclama mi nombre en su lista. Mirad la sangre del Cordero que clama Justicia hoy, La sangre salvadora que seguirá llamando Hasta que el último de los escogidos reunidos esté En el seno del Padre donde hallará su lugar.
¿Habéis visto al que ama mi alma?
Yo aquí me siento, ¿y tú Señor? Vienes hoy a mi sala?
Esperando paciente contemplo al aire,
y solo pienso, pienso …
Que tú estás aquí, y no te veo,
que tu ojo me guía y aunque no lo distingo,
me guía a ti, a buscarte a ti, a pensar en ti,
pienso, pienso,
que las tinieblas de este mundo
nos han apartado, y aun así te deseo y mi deseo te encuentra.
Solo un segundo, y aquí te siento,
solo un instante y tu presencia toma vida.
Mira que tengo ojos que otros no han visto
Ojos que ven lo que no es visto
Que tú estás aquí, y me miras
con una mirada de amor y de cariño.
Y tengo también un corazón, corazón que palpita al percibirte.
Con esos ojos que no ven y ven
Pues tú estás aquí y mi corazón lo sabe.
Como un escudo me rodeas, suave sin embargo y silencioso, No hay muchas palabras entre nosotros, la fortaleza de tu presencia me impone. Y cantas tú, si, tú cantas, cantos de liberación y de dulzura Con una fragancia de amor, bondad misericordia. Déjame guardar estos cantos, un momento, mira que los grabo en mi teléfono y cuando tú no estés, y yo ocupada esté en las cosas de este mundo en mi oído los escucharé y te recuerdo