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Justificación

La justificación es el tema de las epístolas a los Gálatas y a los Romanos. Justificar es un término judicial que significa absolver, declarar justo o pronunciar sentencia favorable de aceptación; poner la justicia de alguien a tu cuenta, I Corintios 1:30.


1. Naturaleza.


La justificación ocurre fuera de nosotros, no en nosotros. La escena del hombre en los tribunales de justicia. Dios es el juez, justificado es el veredicto de Dios y nadie lo puede contradecir o negar, Romanos 8:34. Absolución. Ejemplo: cuando alguien comete un delito, al venir ante el juez, éste lo puede declarar inocente, sin embargo, no cambia la condición de este hombre. El preso comparece ante el tribunal y tiene que probar su inocencia. El gobierno lo puede indultar, pero no
justificar. Perdonado es realmente tan delincuente como sin perdonar. El reo carga con el delito y la pena. Cuando un pecador se presenta delante de Dios, Cristo lo hace a un lado y se pone en su lugar. Se constituye reo. El castigo es sobre Cristo y también los pecados. El Señor nos da su justicia. “Padre, castígame y mira aquel hombre como si yo fuera. Para que él reine en el cielo; sufra yo su mal y sobre él sea mi bien”.


La misericordia infinita de Dios al decirle a Cristo: “Amado hijo, ponte en el lugar del pecador, padece por él lo que éste debería padecer, serás tomado por reo; con esto miraré de otra manera al pecador. Veré en él a Cristo, aceptaré en él al Hijo amado,lleno de gracia y de verdad. Le daré la corona celestial y para siempre lo admitiré en mi amor”.
Dios declara inocente al pecador y justo en Cristo Jesús, Ro. 8:31,33, pero también el Señor hace una obra de regeneración, Tit. 3:5, en el espíritu humano. Ro. 8:9. La justificación es un acto de la gracia de Dios, por medio de la cual perdona todos nuestros pecados y nos acepta en calidad de justos ante su presencia, sólo en virtud de
la justicia de Cristo imputada o atribuida a nosotros y recibida por la fe solamente. La justificación trata con el perdón del pecado (cancelación de la deuda del pecado). La remoción de la condenación y con el hombre posicionalmente justo (imputación o atribución de la justicia.


Si entendemos lo que es la justificación, tendremos paz en nuestra vida cristiana. Dios declara inocente al pecador y justo en Cristo Jesús, Ro. 8:31, 33, pero también el Señor hace una obra de regeneración, Tito 3:5, en el espíritu humano. Ro. 8:9.


2. Características:

 

  • Romanos 3:24. Se origina en gracia, se recibe en fe.

  • Romanos 4. Pablo habla de tres cosas:

  • vs. 1-8 no por obras.

  • vs. 9-12 no por ordenanzas.

  • vs. 13-25 no por obedecer la ley.

  • ¿Cómo se hace justo el hombre ante Dios?

  • Romanos 5.1 por medio de la fe el hombre es justificado

  • La justificación es eterna y no cambia.

 
3. La necesidad de la justificación: la condenación del hombre.


La gente está bajo condenación Ro.1:19, 20; 2:14, 15; 3:19, 20. Gentiles Ro. 1; judíos Ro. 2. Job 9:2 ¿Cómo se justificará el hombre con Dios? La respuesta se halla en la epístola de los Romanos. Romanos 1:16, 17. El evangelio es el poder de Dios para salvación del hombre, porque dice de qué manera los pecados pueden ser cambiados en lo que respecta a posición y estado, para quedar en buenas relaciones con Dios.
Justo equivale a recto o derecho, es decir, conforme a una norma o patrón. Un hombre justo, en estado, es aquel cuya conducta está en armonía con la ley de Dios. La ley no fue dada para hacer justa a la gente, sino para proporcionar un nivel de justicia.

 

4. La fuente de la justificación: gracia.


Gracia es el favor o disposición bondadosa en la mente de Dios, pura bondad y favor sin recompensa. Favor inmerecido.
La gracia de Dios hacia los pecadores se ve en el hecho de que Dios mismo, por medio de la expiación de Cristo pagó toda la pena por el pecado, por lo cual puede perdonar con justicia el pecado, sin tener en consideración el mérito o demérito del pecador. El pecador no es perdonado porque Dios sea misericordioso para excusar sus pecados, sino
porque existe redención por medio de la sangre de Cristo. Ro. 3:24; Ef. 1:7. Puntos falsos: mediante la santidad; el hacer algo para merecerlo; tener obras justas; dar dinero a causas nobles; el ser mejor; el llevar una vida religiosa.

 

5. La base de la justificación: la justicia de Cristo.


¿De qué manera puede Dios tratar al pecador como una persona justa?


Dios le proporciona la justicia. El Señor JesuCristo ha pagado el precio de la redención.
Cristo obtuvo esta justicia para nosotros por medio de su muerte expiatoria. Is. 53:5, 11; II
Co. 5:21; Ro. 4:6; 5:18, 19. La muerte de Cristo fue un acto perfecto de obediencia, un acto perfecto de justicia, porque satisfizo la ley de Dios. Dios nos acepta en calidad de justos ante sus ojos, sólo por la justicia de Cristo imputada a nosotros.

 

  • a. El cristiano pierde toda su culpa. Ro. 6:23.

  • b. Recibe perdón de todos sus pecados, Sal 103:3; limpieza, Ap 1:5; purgaciónpurificación, He. 9:14; lavamiento, baño, He. 1:3.

  • c. El Señor lanza los pecados a la mar. Miq. 7:19.

  • d. El cristiano se hace justo II Co. 5:21; Ro. 5:19.

  • e. El Padre celestial ve al creyente como a su propio Hijo Jn. 15:9.

  • f. El ejemplo de Josué, sumo sacerdote Zac. 3:1-10.

  • g. El intercambio de ropas: Jonatán a David. 1º S. 18:4; Gá. 3:27.

 

La justicia humana. Zac. 3:1- 4; Is. 64:6.


6. La imputación.


El acto por el cual Dios nos acredita esta justicia se denomina imputación o atribución. La imputación es cargar sobre una persona las consecuencias del acto de otra. I Co. 1:30; Jer. 23:6. Cristo expió nuestra culpa, satisfizo la ley, tanto mediante la obediencia como por el sufrimiento, y se convirtió en nuestro sustituto, de manera que al ser unidos a Él por fe, su

muerte se convierte en nuestra, su justicia en nuestra justicia, su obediencia en nuestra obediencia. Dios nos acepta por la perfecta y del todo suficiente justicia de Cristo, acreditada a nuestra cuenta.


La justicia es imputada en la justificación e impartida en la regeneración.


7. El medio de la justificación: fe.


¿Cuál es el instrumento por medio del cual el hombre se adueña de la justicia de Cristo? La fe, Ro. 3:22; 4:11; 9:30; He. 11:7; Fil. 3:9. La fe se apropia de la promesa de Dios y de la salvación.


Conduce al alma a descansar en Cristo como Salvador, imparte paz a la conciencia y esperanza consoladora. Ef. 2:8, 9.


8. Pablo, Ro. 3:20, versus Santiago, Sant. 2:14-26.

 

  • a. La justificación de que nos habla Pablo se refiere al comienzo de la vida cristiana, a una fe viva que confía en Dios solamente. Pablo rechaza las obras muertas de la ley u obras sin fe. El apóstol combate al legalismo o dependencia en obras de salvación.

  • b. Santiago emplea el vocablo en el sentido de esa vida de obediencia y santidad que es la expresión exterior o evidencia de que una persona es salvada. Combate las enseñanzas de que no importa mucho de qué manera viva uno, mientras uno crea. 

  • Santiago denuncia la fe formalista, muerta, que es meramente un asentimientointelectual. Encomia las obras vivas que demuestran que la fe es vital. La justificació por medio de obras, Santiago se refería a la posición del creyente delante de los hombres.


9. La doctrina de la justificación por la gracia de Dios, por medio de la fe, remueve o destruye dos peligros:


Primero, el orgullo de la justicia propia y del esfuerzo personal. Segundo, el temor de que uno es demasiado débil para superar los obstáculos, vencer las dificultades, obtener la victoria.


10. La justificación es eterna y no cambia.


Si te ves a ti mismo, no pareces justo, pero Dios te ha declarado justo; ante los ojos de Dios eres justo en Cristo Jesús, I P. 2:7. La declaración de Dios es eterna y su voluntad también lo es, Jn. 6:37, 39.


11. Cuatro aspectos de la justicia.

 

  • a. Dios es justo, I Jn. 1:5.

Esta justicia es invariable e inmutable, Ro, 3:25, 26. Dios es justo en su ser, Stg.1:17; y también en sus caminos.

Por medio de este plan, Dios puede satisfacer su amor, salvando al pecador sin menoscabo de ju justicia inmutable, y el pecador, que en sí mismo está sin ninguna esperanza, puede verse libre de toda condenación, Jn. 3:18; 5:24; Ro. 8:1; I Co.11:32.

 

  • b. La autojusticia del hombre.

 

Trapo de inmundicia, Is. 64:6; Ro. 10:3. Una descripción del pecado como Dios lo ve, Ro. 3:9-18. No hay esperanza alguna fuera de la gracia divina, Ro. 3:23.

 

  • c. La justicia imputada de Dios, Ro. 3:22.

 

i. El hecho de la imputación es subrayado en la imputación del pecado de Adán a la raza humana, con el efecto de que todos los hombres son considerados pecadores por Dios, Ro. 5:12-21. La imputación del pecado del hombre en Cristo, II Co. 5:14, 21: He. 2:9; I Jn. 2:2. La justicia de Dios es imputada a todos los que creen para que ellos puedan permanecer delante de Dios en toda la perfección de Cristo. Todos los salvos en Cristo son hechos justicia de Dios en Él. I Co. 1:30; II Co. 5:21. La justicia de Dios no puede ser aumentada por la piedad de aquel a quien le es imputada, ni tampoco disminuir por causa de su maldad.

 

ii. Los resultados de la imputación se ven en que la justicia de Dios es imputada al creyente creyente sobre la base de que el creyente salvo está en Cristo por medio del bautismo en el Cuerpo, I Co. 12:13; Jn. 15:1, 5.

Dios ve al creyente como una parte viviente de su propio Hijo. El Señor ama al creyente como ama a su Hijo, Ef. 1:6; I P. 2:5, y considera que el creyente es lo que su propio Hijo es. El creyente está completo en Cristo, Col. 2:10; perfecto en el Señor, He. 10:10,

 

iii. En las Escrituras se nos dan muchas ilustraciones de la imputación: Las túnicas de pieles para Adán y Eva, Gn. 3:21. Abraham, Gn. 15:6; Ro. 4:9-22; Stg. 2:23. Los sacerdotes, Sal. 132:9. Filemón, imputación de mérito y de demérito, Flm 17, 18; Job 29:14; Is. 11:5; 59:17; 61:10.

 

  • d. La imputación afecta la posición y no el estado.

Nuestra posición es eterna. El estado va de la niñez a la madurez. II P. 3:18.

  • e. La justicia imputada es la base de la justificación.

 

Dios declara justificado para siempre al creyente en Cristo. Por la fe, Ro. 5:1; por medio de la gracia, Tit. 3:4-7. Se hace posible a través de la muerte y resurrección de Cristo. Ro. 3:24; 4:25.El perdón es la cancelación de la deuda del pecado.

La justificación tiene aspectos positivos y negativos: Positivo: otorgamiento del mérito y posición de Cristo; imputación de justicia. Negativo: supresiòn de la condenación.

  • d. La justicia impartida por el Espíritu. Ro. 8:4; Gá. 5:22, 23; I Co. 12:7.

Estos resultados se deben a la obra que el Espíritu realiza en y a través del creyente.

Enseñanza sobre la justificación.


Siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús; 25
Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre,
para manifestación de su
justicia, atento a haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 Con la mira
de manifestar su justicia en este tiempo: para que él sea el justo, y el que justifica al que es
de la fe de Jesús. Ro. 3:24-26


La palabra griega que aquí se traduce como “gloria” tiene otros significados según el contexto, ya que también se puede traducir como “alabanza”, usando este término en el sentido de aprobación. Un ejemplo ilustrativo de este empleo aparece en Juan 5:43, 44 donde Jesús censura a sus incrédulos compatriotas al reprocharles: “Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viniera en su propio nombre, a ese recibiríais.
 

¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria [o aprobación] los unos de los otros y no
buscáis la gloria [o aprobación] que viene del Dios único?”


Si usamos para “gloria” el significado que acabamos de ver, Pablo estaría diciendo: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la aprobación de Dios”. Que alguien no sea aprobado por el Omnipotente equivale a una seria acusación en su contra, pero a pesar de ello Pablo sigue con un planteamiento absolutamente sorprendente: “Todos pecaron…
siendo justificados”.

 

Gratuitamente significa “de balde, sin costo, sin precio”. Por su gracia significa “como un regalo”. La razón que lleva a Dios a justificar a los pecadores es su misericordia, y el método que ha seguido para esto es la redención. “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). La vida del pecador estaba perdida; era necesario pagar por el pecado con la vida. Las Escrituras vuelven a ser claras sobre el particular: “Sin derramamiento de sangre no hay remisión [de pecados]” (Hebreos 9:22). El pecado exigía la paga de un precio elevadísimo que debía ser pagado y ¡fue pagado! Dios
envió a su propio Hijo para que fuera el sustituto que muriera en lugar de nosotros. Cristo se hizo verdadero hombre para que pudiera derramar su sangre como sacrificio y morir por los pecadores; o para decirlo con las palabras de Pablo: “Dios [lo] puso como propiciación”.

 

La terminología que Pablo emplea en este pasaje refleja el rito que Dios le había indicado al pueblo de Israel que observara anualmente en el gran día de la Expiación. Dios ordenó esta festividad como un recordatorio gráfico que le demostraba a Israel la necesidad de confesar sus pecados, transfiriéndolos simbólicamente a un chivo expiatorio que era llevado al desierto, llevando sobre sí los pecados del pueblo (Levítico 16:1–34, especialmente 20–22).

Dios es un Dios justo, y su integridad exige que reaccione negativamente ante el pecado y la desobediencia. Sin embargo, en su “paciencia” y longanimidad, no se precipita al tratar con los pecadores. Más adelante en esta misma epístola Pablo escribe: “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios” (11:22). Aquí las dos cualidades son claramente evidentes; la severidad hacia el pecado se muestra en el castigo severo que se le impuso al Hijo de Dios por causa de los
pecados que fueron echados sobre sus hombros inocentes, pero el pago por el pecado efectuado mediante la muerte de Cristo satisfizo las exigencias justas de Dios.

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