top of page

Plenitud

¿Qué mensaje nos trasmite la poderosa voz de la profundidad del vasto océano?

Cualquier cosa es valiosa para nosotros, desde el punto de vista de Dios, en la medida en que le conocemos a través de ella. Las tremendas ondas que el vasto berilo verde arroja a través de la costa deletrean una palabra "plenitud", la plenitud de Dios.

 

Dios es completo y no le hace falta nada, excepto su Iglesia, la cual somos nosotros, la plenitud de su vida. Vemos el árbol de olivo que crece en la costa. ¿No somos llamados "árboles de justicia"? Así que, el árbol es una miniatura de la plenitud de Dios. En la medida que el olivo experimenta la plenitud de vida de la humedad a su alrededor, crece. De igual manera como árboles de Dios, podemos crecer únicamente en la medida que tengamos su plenitud dentro de nuestras propias vida. Decimos con David, "yo estoy como oliva verde en la casa de Dios". Salmo 52:8.

 

El árbol viviente de nuestra vida debe estar: "... arraigados y fundados en amor, podáis bien comprender con todos los santos, cuál sea la anchura y la longura  y la profundidad y la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios" Efesios 3:17-19.

 

Las raíces dan la profundidad al árbol. Lo cual, en referencia a nosotros, habla de quiénes somos o de nuestra existencia.

 

La estructura del tronco y las ramas proporcionan la anchura al árbol. Trata con lo que hacemos en la vida o nuestra expansión en una actividad multiforme para Cristo.

 

Esas ricas hojas verdes de vida están diseñadas no sólo para eliminar el carbono del aire, sino también para recibir el oxígeno y los aromas celestiales, los cuales a su vez se imparten en el árbol para que se dé su altura. Lo cual se refiere a lo que recibimos o tenemos de Dios, que nos da la estatura y la exaltación, pues éste rebasa a los arbustos cercanos en su crecimiento y altura.

 

El fruto, en este caso la oliva, figura la longura o longevidad de vida dada al árbol para perpetuarlo a través de su semilla. Lo cual habla de qué es lo que damos a Dios y a los otros, pues trata de las expresiones de vida, que son como semillas para perpetuar la vida de Cristo dentro de los demás, y son como el fruto de la oliva, que, al ser machacada, se convierte en una bendición para beneficio de otros, a medida que el Espíritu de Cristo dentro de nosotros fluye como bálsamo para sanar sus heridas y para impartirles vida.

 

Los nueve frutos del Espíritu en Gálatas 5:22-23, reflejan la manera multiforme en la que se imparte la vida de Cristo a través de nuestras experiencias de vida hacia otros.

bottom of page