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Águila volando

 “Como el águila despierta de su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas,

 

los toma, los lleva sobre sus plumas: Jehová solo le guió que no hubo con Él dios ajeno" 

Águilas

Robert Ewing

   “Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas” (He. 1:1).  De acuerdo con el texto, Dios ha hablado en muchas maneras. Por eso encontramos que: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos” (Sal. 19:1).  El Señor JesuCristo al predicar utilizó las parábolas y en ellas se encuentra su enseñanza a través de figuras. Cristo habló sobre las higueras, la siembra, las aves, las nubes, las zorras, los puercos, los perros; y cerca del final de su ministerio enseñó montado en un pollino. Ahora, pensemos en lo que Dios nos enseñó a través de las águilas. “Como el águila despierta de su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas: Jehová solo le guió que no hubo con Él dios ajeno” (Dt. 32:11-12).  El pasaje está hablando de lo que Dios ha hecho con su pueblo, observemos esto: “Como el águila” (v. 11a.), así: “Jehová” (v. 12a). Entonces se establece un símil, Jehová actuó como un águila, si Jehová es como una gran Águila, su pueblo, sus hijos, son como los aguiluchos de esa águila.

 

 

Animal inmundo.

    En Levítico 11:13, el águila se encuentra en la lista de los animales inmundos. ¿Cómo es posible entonces que pueda ser una figura de nuestro Señor?

II de Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él”. Cristo nunca conoció pecado, Dios lo tornó pecado. Observemos que no dice que cometió pecado, sino que Él mismo fue hecho pecado. El pecado es aborrecible e inmundo para Dios. En el momento en que Cristo realizó nuestra redención, Su naturaleza perfecta fue cambiada por la “naturaleza pecadora de nosotros”. Era necesario tratar no sólo con los pecados perdonándolos y borrándolos, sino con la causa, con el principio, con el “pecado” que era el que provocaba los pecados. El hombre no es pecador porque hace pecados, sino comete pecados porque es pecador. Dios necesitaba destruir esa “naturaleza de pecado” y es entonces cuando Cristo se tornó en inmundo, como el águila “para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.”

 


La habitación del águila.

“¿Se remonta el águila por tu mandamiento y pone en alto su nido? Ella habita y está en la piedra, en la cumbre del peñasco y de la roca. Desde allí acecha la comida: sus ojos observan de muy lejos. Sus pollos chupan la sangre: y donde hubiere cadáveres, allí está” (Job 39:30-33). 

 

Cuando el águila selecciona el lugar donde coloca su nido: busca en las montañas un lugar muy alto, un peñasco al que no sea posible acercarse sin que ella se dé cuenta. En esta forma el águila y sus aguiluchos tienen gran seguridad.  El cristiano que es como un águila, tiene que vivir en lugares muy altos, en lugares celestiales. El águila no puede vivir en sitios bajos y pantanosos. Así tampoco el lodo del pecado y la bajeza de la maldad son para habitación de los cristianos. Recordemos: “Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col.3:1-2). El texto de Job 39 también menciona que el águila habita sobre una roca. Para el pueblo de Dios hay una roca en donde puede habitar y esta Roca es Cristo. (I Co. 10:4 y     2° S. 22:2).  Notemos que el águila “habita” en la roca, así es necesario la permanencia en Cristo. “El que está (permanece) en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer” (Jn. 15:5). 

 

La Roca da protección al águila y en Juan 10:27, 28 dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano”. En Colosenses 3:3 dice: “Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. Una vez que el águila encuentra el sitio apropiado, empieza a elaborar su nido. Lo forma primero con ramas que dan estructura al nido, después utiliza ramitas más chicas que llenan los huecos, luego lo cubre con musgo y cuando tiene esto, entreteje espinas y finalmente vuelve a cubrir de musgo el interior del nido. Esto es una figura de algunas iglesias locales. En ellas se encuentran los hermanos que son la estructura de la iglesia, otros más que son complemento importante para dar forma a la iglesia, hay algunos que son como espinas y que siempre parecen estar hiriendo a los demás, pero también hay otros que son como el musgo, son suaves, evitan las heridas en los demás y dan calor. El águila construye el nido y pone sus huevos. Existen algunas especies que en cada ocasión ponen exactamente siete huevos. Siete es un número que indica perfección. Dios va a levantar un día un pueblo al que no faltará ninguno de los que Él ha escogido “Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por JesuCristo así mismo, según el puro afecto de su voluntad” (Ef. 1:5).

 

 

El texto de Job indica dos cosas más que realiza el águila desde su nido en la roca: “Desde allí: acecha 1a comida, sus ojos observan de muy lejos”. El águila cumple una función importante en los campos, pues los limpia de alimañas, y entre otras, mata a las serpientes. Pero antes de lanzar sus ataques, los prepara desde su nido en la roca.  Es necesario comprender la gran importancia que tienen las iglesias locales en la formación de los cristianos. Ciertos creyentes, y aun algunos que se consideran ministros no están sujetos a ninguna iglesia local y tampoco a alguna autoridad espiritual sin darse cuenta de que esto no es la voluntad de Dios. 

Van de lugar en lugar sin establecerse en ninguna parte y sin sujetarse a nadie. Exponiéndose a caer en error y dando rienda suelta a su vanidad y orgullo que les hace pensar que son superiores a los demás o que simplemente no los necesitan. Es en las iglesias locales donde los creyentes deben madurar y adquirir la preparación para el ministerio. Es “desde allí que se debe acechar la presa”. Es “desde allí” que se debe partir al ministerio (Hch. 13:1-4). 

Cuando se está en una iglesia local que se mueve de acuerdo al orden divino, los creyentes y los ministerios en desarrollo van a adquirir “visión”. La gran rapidez y potencia de visión es una característica muy marcada en las águilas. En el actual cristianismo promedio, no hay muchos que miren como Dios mira y en muchos casos esto es porque falta el establecimiento en la “Roca” que es Cristo, y en una iglesia local que camine conforme a las ordenanzas divinas. 

 

El alimento del águila.

“El, que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Sal. 103:5).  Los naturalistas dicen que los alimentos preferidos del águila son los corderos y la miel. Es sabido, que la mejor carne y la más limpia, es la carne del cordero. En Juan 1:29, Juan el Bautista viene anunciando: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.  En Job 39:33 muestra que los polluelos del águila “chupan la sangre”.  Juan 6:53-54 dice: “Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero”. En cuanto a la miel, la Palabra de Dios dice: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”. Existen entonces como alimentos básicos del cristiano la carne del Cordero de Dios, la sangre de Cristo y la Palabra de Dios. En este punto notemos algo muy interesante. El águila con este tipo de alimentación no va a morir por vejez. Su alimentación es de tal calidad que ocasionará un rejuvenecimiento en el águila. El cristiano tiene una promesa de parte de Dios: “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna” (Jn. 3:36).
 
¿Por qué mueren las águilas? Mueren de hambre. En medida que pasan los años, va creciendo su pico y se le va curvando, se le curva cada vez más hasta que no puede desgarrar la carne. No puede comer, entonces muere. 

En ocasiones ocurre algo notorio. Cuando la pareja del águila observa que tiene su pico curvado y que no puede comer; busca y selecciona una pieza de lo mejor, mata y después de matar escoge el mejor pedazo, el más suculento, lo toma y lo pone enfrente y muy cercano al águila vieja. El águila percibe el olor y se empieza a excitar, hasta un momento que llega a la desesperación. En ese momento se acerca a la roca y empieza a raspar su pico con ansiedad, hasta que pierde lo curvado. El águila así vuelve a comer y está lista para vivir treinta años más, hasta que el pico se le vuelva a curvar. 

Esta es una ilustración muy bella para los cristianos. Existen cristianos que cuando miran a otro que está débil o caído, en vez de levantarle, ayudarle y sanar su herida, van y le hieren más para que de una vez muera. ¡Esto es horrible! Alguien dijo que el ejército de los cristianos era la única tropa donde los soldados rematan a sus compañeros en vez de ayudarlos. Quiera el Señor que aprendamos a orar: “¡Padre!, dame una porción especial de tu Palabra, dame una parte de Cristo, Padre, dame lo mejor, porque es para mi hermano necesitado”.
 
Cuando alguno esté caído llevemos la porción adecuada, y entonces se cumplirá la voluntad del Señor: “Alzad las manos caídas y las rodillas paralizadas… porque lo que es cojo no salga del camino, antes sea sanado”. (He. 12:12,13). “Hermano, si alguno fuera tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote a ti mismo, porque tú no seas también tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo” (Gá. 6:1-2). A los cristianos nos gusta oír de Cristo bendiciendo, de Cristo perdonando, de Cristo sanando, de Cristo liberando, de Cristo ungiendo, ¡qué lindo! ¡Qué precioso! Entonces cantamos, nos gozamos.
 

 

 

Sin embargo, veamos esto: “Porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo. Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga?" (He. 12:6,7).
Así nos damos cuenta de que van a llegar ocasiones en que nuestro pico necesita rasparse en la Roca y la Roca es Cristo: ¡Gloria a Dios! esto nos va a quitar lo “picudo”.Esto es porqué Dios no sólo nos está bendiciendo en el nivel que al hombre común le agrada, sino que Él está obrando, para que seamos “en Su semejanza”. 

Cuando los polluelos son muy pequeños, el águila madre, les da de comer y beber en el pico. Da el agua y los pedacitos de comida, en la cantidad exacta que necesita el aguilucho. Ni un poco más, ni un poco menos. 

Así los ministros deben alimentar a los niños en Cristo, en la forma exacta. Pablo les dijo a los hebreos que no les podía explicar todo, porque: “1a vianda firme es para los perfectos”, (He. 5:14). El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez. 

 

¡Dios levante ministros con sabiduría para alimentar a Su pueblo! Ministros que no dañan dando de más, pero tampoco debilitan al pueblo dando menos de la medida necesaria. “Porque no he rehuido de anunciaros todo el consejo de Dios”. (Hch. 20:27). “El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Sal. 103:5).  Cada año llega una determinada época cuando se le empiezan a caer las plumas al águila y luego le salen nuevas que serán su ropaje para el año entrante. Así el águila rejuvenece cada año. 

La Biblia dice acerca de los cristianos: “por tanto, no desmayamos: antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior empero se renueva de día en día”     (II Co. 4:16).
 

El vuelo del águila.

“Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, 1os lleva sobre sus plumas”, (Dt. 32:11) “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí” (Éx. 19:4). En una determinada edad de los aguiluchos, el águila empieza a revolotear sobre ellos, presionándolos a salir del nido. Cuando empiezan a salir, el águila madre se coloca en tal forma que los aguiluchos van a subir a sus alas; acto seguido el águila inicia el vuelo llevando encima sus polluelos. 

A una determinada altura el águila se quita de debajo de los polluelos, y éstos se van a encontrar en el aire sin alguien que los sostenga. Descienden, descienden y los aguiluchos tienen un gran susto, pero a una altura apropiada el águila madre se va a colocar una vez más debajo de ellos, los va a sostener y va a tomar altura otra vez. Esta operación se va a repetir hasta que las crías se dan cuenta que tienen alas y sirven para volar. 

Dios quiere realizar en los cristianos una labor similar. Desea tener creyentes adultos, hijos maduros, hijos que sepan volar. 

En la vida de los cristianos, aparecerán las pruebas, las luchas, las situaciones difíciles, pero: “fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar, antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar” (I Co. 10:13). Hay momentos en que parece que estamos solos, pero llegará el tiempo preciso, Dios siempre sustentará a su pueblo. Dios ama mucho a los niños en Cristo, pero desea que crezcan, que desarrollen, que sean maduros como cristianos, que sepan hacer frente a las diversas situaciones, a las adversidades, a las tentaciones, a los problemas. Dios desea cristianos que sepan volar. 

La Palabra de Dios dice que los cristianos deben ir de fe en fe, de gracia en gracia, de poder en poder y de gloria en gloria. ¡Aleluya!

Cuando se aproxima una gran tormenta, el águila toma sus polluelos y remonta el vuelo tomando altura, hasta que llega encima de las nubes que están derramando la tormenta. Abajo, están los relámpagos, los rayos, el agua, el estruendo. Arriba el águila está volando tranquila.  Al enseñar a los cristianos a volar. Dios les está enseñando en el momento de la tormenta, que estén en reposo, estén tranquilos, encima de la tempestad, volando muy alto, habitando en lugares celestiales.

 

El esfuerzo del águila.
 
“Mas los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán” (Is. 40:31). Hay una característica especial en 1as águilas: en sus alas tienen una serie de bolsitas, una tras otra, a lo largo de toda el ala. Al extender las alas, las bolsitas caen, el viento penetra en ellas, y esto impulsa el vuelo del águila. El águila es de las aves que vuelan más alto y más rápido. Pero no lo hace con gran esfuerzo. Da unos aletazos al iniciar el vuelo, e inmediatamente busca una corriente de aire, cuando la encuentra, extiende sus alas, las bolsitas caen, y recibe el impulso del viento. 

Busca otra corriente de aire y repite la operación. Lo hace así sucesivamente, volando cada vez más alto y más rápido. Así vemos que el águila vuela tan alto y tan rápido porque aprovecha la fuerza del viento. Esto es una lección.

En Juan 3:6-8, en Hechos 2:1-4 y en otros pasajes, se puede ver al viento como un tipo del Espíritu Santo. Los cristianos que vuelan más alto no son los que hacen grandes esfuerzos personales en su vida, sino aquellos que son impulsados, movidos, levantados por el Espíritu Santo.Estos son los que han aprendido a colocarse en la corriente del Espíritu y una vez ahí extienden las alas, reposan y permiten al Espíritu Santo que los mueva. 

Ellos no saben a dónde van, pero se sujetan a la dirección del Espíritu. La clave es “reposar” y dejar penetrar al Espíritu en “nuestras bolsitas”. Él nos llevará alto, muy alto. Recordemos que no es nuestra capacidad ni es la personalidad, ni tampoco la habilidad que desarrollamos, sino la potencia del Espíritu Santo lo que cuenta. 

En cuanto a la rapidez de vuelo del águila hay algo que mencionar directamente. Los cristianos deben ser prontos en el cumplimiento de la voluntad de Dios. “En el cuidado no perezosos; ardientes en espíritu sirviendo al Señor” (Ro. 12:1).
 

 

 

La reunión de las águilas.
 
“Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre. Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas” (Mt. 24:27,28).
Viene un día glorioso en que Cristo descenderá de las nubes, los muertos en Cristo resucitaran primero, y luego nosotros los que vivimos, juntamente con ellos seremos arrebatados en los aires para estar allá para siempre con el Señor. Allí donde estuviere el Señor, allí se juntarán las águilas. ¡Aleluya! Sí, la reunión es con el Señor. ¿Por qué el texto se refiere “al cuerpo muerto”? La Palabra de Dios muestra que el sacrificio redentor realizado por el Señor JesuCristo en la cruz; era algo que estaba en la mente de Dios antes de la fundación del mundo. 

Dios habló de ello en la ley y en los profetas. Fue cump1ido históricamente hace casi 2000 años en el monte de la Calavera y desde entonces ha sido predicado hasta nuestros días. Pero también es un tema del futuro. La Biblia en Apocalipsis 5:6 dice: Y miré: y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos. Estaba un Cordero como inmolado”. 

El “Cordero inmolado” también se menciona en los versículos 8, 9, 12 y 13. Esto es porque el sacrificio de nuestro Señor JesuCristo es un tema del pasado, del presente, del futuro y de toda la eternidad, ante los ojos de Dios. 
Nuestro corazón tiembla de emoción al saber que un día seremos no sólo aguiluchos sino grandes águilas, que volaremos al encuentro del Señor. 
 
Veremos al “Cordero inmolado”, nos postraremos y le diremos: “Eres digno de tomar el poder y riquezas y sabiduría y fortaleza, y honra y gloria y alabanza” ¡Aleluya! 

En este tiempo el Espíritu Santo está empezando a soplar, y cada vez más intensamente. Hermano, ¿recibirás el soplo del Espíritu? Extiende tus alas, y deja que el Espíritu Santo llene todo tu ser. Él te va a levantar y te va a mover. Él lo puede hacer y Él lo quiere hacer. Recuerda que no hay cristianos que se eleven tanto como aquellos a los que impulsa el Espíritu. Está listo porque avecina “el viento recio” que levantará a la Iglesia. Sé un águila que esté frente al Cordero inmolado, y tu boca se llene de esta alabanza: 

“Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra y la gloria, y el poder, para siempre jamás” (Ap. 5:13). ¡Amén!

 

 

 

 

Notas:


Como todas las aves de presa, las águilas poseen un pico grande, poderoso y puntiagudo para desprender la carne de su presa. Cuentan también con tarsos y garras poderosas. Llama también la atención la fuerza de las águilas, que les posibilita alzar en vuelo a presas mucho más pesadas que ellas. Además, poseen una vista extremadamente aguda que les permite visualizar potenciales presas a distancia, por ejemplo el águila real posee dos puntos focales en sus ojos, uno para mirar de frente y otro para localizar la mirada hacia los costados escudriñando a la distancia.
El águila es una de las aves de presa más grandes y poderosas. Elevándose por encima de la tierra, espiando a su presa con sus agudos ojos, el águila presenta un panorama majestuoso. Las águilas se caracterizan por su potente conjunto de ojos. A pesar de que sus ojos son ligeramente más grandes que los ojos humanos, pueden ver hasta 3 ½ veces mejor que una persona con una visión perfecta. Un águila puede ver a un conejo en movimiento a más de una milla de distancia, y puede ver a un compañero águila que se eleva a 50 millas.
Existen varias especies de águilas, que difieren en tamaño, apariencia y hábitos. Pero todas las águilas tienen grandes y fuertes picos y poderosas garras. El ave generalmente construye su nido en un lugar remoto, como un alto acantilado en el que no se le puede molestar.
Las águilas son animales que por lo general solo van a tener una pareja en toda su vida, a no ser que muera antes de lo normal, por lo que buscaría en la siguiente época de celo otra pareja. La hembra del águila suele poner como media unos dos o tres huevos, aunque de estos suelen salir adelante uno solo. El motivo de esto es que cuando nace el primer polluelo, es el que va a ser alimentado antes, y cuando el segundo ha nacido, el primogénito ha crecido más y se ha vuelto más fuerte, quitándole toda la comida y la esperanza de vida al resto.
El periodo de incubación también va a variar, puesto que cuanto mayor sea el águila de tamaño, más tiempo durara este proceso. Una vez que han salido, tanto el padre como la madre van a cuidar de sus crías hasta un periodo no mayor de medio año, en el que ya se les ve volando o cazando solos, momento en el que deciden irse del nido paterno para empezar una nueva vida, aunque cerca de estos.
Pone de 2 a 3 huevos. Esta ave es carnívora.
Majestuosas, sigilosas, veloces, inteligentes y hábiles: si el mar es de los tiburones y la sabana de los leones, la hegemonía del reino de los cielos es de las águilas. Pertenecientes a las familia Accipitridae, este tipo de aves sobrevuelan los cielos de todo el mundo excepto los antárticos. Depredadores por excelencia estos pájaros son temibles aves de presa.  Cuentan con un pico fuerte y robusto acabado en punta y hacia abajo que les facilita la tarea de separar los pedazos de carne de sus víctimas. También gozan de un sentido de la vista extraordinario con el que pueden divisar a sus presas a grandes distancias y además, sus potentes y robustas garras les permiten atrapar animales más grandes que ellas y trasladarlos por el aire. 
El ave en el escudo de armas mexicano vigente se ha identificado como la llamada águila real o también llamada águila caudal de nombre científico Aquila chrysaetos, del latín: aquila, "águila" y del griego: χρυσός, "dorado" y ἀετός, "águila", que es una especie de ave accipitriforme de la familia Accipitridae. Es una de las aves de presa más conocidas y ampliamente distribuidas de la Tierra. Viven en gran parte de América del Norte, Eurasia y el norte de África. Es una especie en peligro de extinción ya que ha desaparecido o su población está a la baja en muchas zonas de Europa y América del Norte.23
En 1960 tras la recopilación de varias notas del ornitólogo mexicano Rafael Martín del Campo se difundió que él ponía en duda la identificación del ave del escudo como un águila real, luego de años de estudiar representaciones prehispánicas de los llamados escudos prehispánicos identificó el ave como el caracara cheriway o "quebrantahuesos mexicano", una especie común en México (por lo que el nombrarla "águila" es incorrecto, puesto que el caracara es un tipo de halcón). De cualquier manera, el águila real se considera como el águila mexicana para fines oficiales.

ÁGUILA


(heb. né·scher; arameo, neschár; gr. a·e·tós).
Ave de rapiña de gran envergadura. Algunos sostienen que el nombre hebreo se deriva de una raíz que significa “romper en pedazos; lacerar”, mientras que otros lo consideran onomatopéyico (es decir, un nombre cuyo sonido imita a aquello que designa), y creen que né·scher representa un “sonido de viento” o “destello reluciente”, esto es, un pájaro que se lanza en picado hacia su presa, cayendo en vertical con un sonido de viento, como un rayo fulgurante a través del aire. En cualquier caso, el término hebreo describe bien al águila, cuya caída desde grandes alturas, cual rayo, provoca un silbido al atravesar el aire con toda rapidez sus extendidas plumas remeras. El águila, ave de rapiña y bebedora de sangre (Job 39:27, 30), estaba incluida entre las aves que la ley mosaica consideraba “inmundas”. (Le 11:13; Dt 14:12.)
Variedades de Palestina. Entre las águilas que se hallan en la actualidad en Israel se cuentan: el águila imperial (Aquila heliaca), el águila real (Aquila chrysaëtos) y el águila culebrera (Circaëtus gallicus). El águila real, conocida también como águila dorada debido a los brillantes reflejos dorados de su cabeza y nuca, es un ave impresionante de color marrón oscuro que mide aproximadamente un metro de largo y tiene una envergadura de unos dos metros. Las águilas se distinguen por tener una cabeza bastante ancha, con un saliente que se proyecta por encima de los ojos, un pico ganchudo corto y fuerte, patas robustas y garras potentes y aguzadas.
‘Llevados sobre alas de águila’: ¿qué base hay para esta figura retórica?
En la región del Sinaí, llamada “zona de águilas”, estas aves se remontan y planean con sus alas fuertes y amplias. Por eso, los israelitas liberados que estaban reunidos en el monte Sinaí podían apreciar bien lo apropiado del cuadro que comunicaban las palabras de Dios de que se les había sacado de Egipto “sobre alas de águilas”. (Éx 19:4; compárese con Rev 12:14.) Casi cuarenta años después, Moisés comparó la manera de conducir Jehová a Israel a través del desierto a la de un águila que “revuelve su nido, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas remeras”. (Dt 32:9-12.) Cuando llega el tiempo para que los aguiluchos empiecen a volar, el padre o la madre aletea para incitarlos a que lo imiten y después los hace salir del nido para que prueben sus alas.
Aunque algunos han puesto en duda que alguna vez el águila lleve a su prole sobre el dorso, sir W. B. Thomas presenta el testimonio de un guía de Escocia que dice, hablando del águila real, que “los padres, después de instar y a veces empujar al aguilucho al vacío, descienden en picado hasta quedar debajo de él y dejan que el neófito se pose por un instante sobre su dorso y sus alas”. (The Yeoman’s England, Londres, 1934, pág. 135.) En el Bulletin de la Smithsonian Institution (1937, núm. 167, pág. 302) se cita a un observador de Estados Unidos que dijo: “La madre comenzaba en el nido, que estaba situado en lo alto de los peñascos. Prendía bruscamente al aguilucho, lo dejaba caer —yo diría que por unos noventa pies [30 m.]— y luego descendía en picado hasta colocarse debajo de él, con las alas extendidas, para que se posara en su dorso. El águila entonces se remontaba hasta la cima de la cordillera con el aguilucho y repetía el proceso. [...] Mi padre y yo lo observamos, fascinados, durante más de una hora”. G. R. Driver dice lo siguiente sobre estas declaraciones al comentar: “El cuadro [de Deuteronomio 32:11] no es pues un simple vuelo fantástico, sino que se basa en la realidad”. (Palestine Exploration Quarterly, Londres, 1958, págs. 56, 57.)
Nidificación en las alturas y agudeza visual. En las preguntas que Dios formula a Job en Job 39:27-30, se destacan los hábitos del águila al construir su nido. El nido puede estar en un árbol alto o sobre el risco de un acantilado o de un cañón rocoso. Con el paso de los años, puede llegar a tener 2 m. de alto y, en algunos casos, pesar hasta 900 Kg. Los profetas, en sus mensajes contra el encumbrado reino de Edom, en las escarpadas montañas de la región del Arabá (Jer 49:16; Abd 3, 4), también usaron de manera figurada la aparente seguridad e inaccesibilidad del nido del águila.
Rutherford Platt, en su libro The River of Life (1956, págs. 215, 216), confirma la vista de largo alcance del águila, mencionada en Job 39:29. También muestra el diseño poco común del ojo del águila, testimonio de la sabiduría del Creador. El libro dice:
“Encontramos los ojos campeones de todo el reino animal [...] [en] los ojos del águila, el buitre y el halcón. Son tan penetrantes, que pueden mirar hacia abajo desde mil pies [300 m.] en el aire y localizar un conejo o una perdiz medio escondidos en la hierba.
”La aguda visión del ojo cazador se debe a la proyección del reflejo del objeto sobre un denso grupo de células puntiagudas de forma cónica. Esta minúscula agrupación en el fondo del globo ocular absorbe los rayos de luz del objeto por medio de miles de puntos, y transmite al cerebro una imagen clara. Para casi todos los cazadores, como la mofeta, el puma y nosotros mismos, es suficiente un único punto de conos, pues al mirar adelante nos acercamos en línea recta al objeto de nuestra mirada. Pero no es así en el caso del águila o del halcón; estos pueden lanzarse en picado desde lejos al divisar al conejo entre la hierba gracias al nítido enfoque de los conos de sus ojos. Esta caída causa que la imagen del blanco se desplace en el fondo del globo ocular según una línea curva. Este desplazamiento de la imagen se ha planeado precisamente para el ojo del águila, de modo que posee los conos en línea curva en vez de agrupados en un punto. Por esta razón, cuando se lanza en picado, el águila mantiene constantemente enfocado al conejo que está en la hierba.” (Compárese con Jer 49:22.).


El vuelo del águila.

La rapidez del águila se pone de relieve en muchos textos. (2Sa 1:23;Jer 4:13; Lam 4:19; Hab 1:8.) Hay registro de águilas que han sobrepasado la velocidad de 130 Km. por hora. Salomón advirtió que la riqueza “[hace] para sí alas” como las de un águila que vuela hacia el cielo (Pr 23:4, 5), mientras que Job se lamentaba por la rapidez con que transcurre la vida, comparándola a la velocidad de un águila en busca de presa. (Job 9:25, 26.) Sin embargo, los que confían en Jehová reciben poder para seguir adelante, igual que si se elevasen con las alas aparentemente incansables de un águila que se remonta. (Isa 40:31.)
A los científicos modernos, al igual que al escritor de Proverbios 30:19, les ha maravillado “el camino del águila en los cielos”. Clarence D. Cone, Jr., explica que la observación de las águilas, halcones y buitres, que se remontan con majestuosidad y casi sin esfuerzo, “ha ayudado a señalar el camino hacia el descubrimiento de un mecanismo fundamental de la meteorología”. Describe cómo estas grandes aves aprovechan al máximo la fuerza dinámica de las grandes “burbujas” de aire caliente que se elevan desde la tierra debido al calor del Sol y cómo las puntas “acanaladas” de las alas del águila están diseñadas de forma aerodinámica para eliminar la resistencia del aire sobre el ala. (Scientific American, abril 1962, págs. 131, 138.)

Uso figurado.

 

Esta poderosa ave de rapiña era un símbolo que los profetas usaban con frecuencia para representar las fuerzas guerreras de las naciones enemigas en sus ataques repentinos y a menudo inesperados. (Dt 28:49-51; Jer 48:40; 49:22; Os 8:1.) A los gobernantes babilonios y egipcios se les representó como águilas. (Eze 17:3, 7.) Es notable que en muchas naciones antiguas, como Asiria, Persia y Roma, se usó con frecuencia la figura del águila en los cetros reales, los estandartes y las estelas, como en tiempos modernos también la han usado Alemania, Estados Unidos y otras naciones.
Algunos han puesto en duda el uso de la palabra “águilas” en Mateo 24:28 y Lucas 17:37, y piensan que estos textos deben referirse más bien a buitres que se reúnen alrededor de un cadáver. Sin embargo, si bien el águila no se alimenta principalmente de carroña, como el buitre, a veces sí come cadáveres. (Palestine Exploration Quarterly, 1955, pág. 9.) También se sabe que aunque el águila suele cazar en solitario, a diferencia del buitre, que es gregario, de vez en cuando caza en parejas. El libro The Animal Kingdom (edición de F. Drimmer, 1954, vol. 2, pág. 965) informa de una ocasión en la que “varias se lanzaron conjuntamente sobre un berrendo [antílope americano]”. La profecía de Jesús supracitada se dio en relación con su prometida “presencia”, de modo que no aplicó solo a la desolación en el año 70 E.C. de la nación judía por los ejércitos romanos, con sus estandartes blasonados con figuras de águila.
En Revelación se usan las águilas para representar a las criaturas que atienden el trono de Dios y anuncian mensajes de juicio divino para los habitantes de la Tierra. Se las representa como águilas probablemente para resaltar su rapidez y clarividencia. (Rev 4:7;8:13; compárese con Eze 1:10; 10:14.)

Otro texto que para muchos eruditos aplica al buitre más bien que al águila es Miqueas 1:16, donde dice, de manera figurada, que Israel ‘ensancha su calvicie como la del águila’. La cabeza del águila está bien cubierta de plumas, incluso la del “águila de cabeza blanca” o “águila calva” de Norteamérica, que debido a las plumas blancas de su cabeza, desde lejos da la impresión de ser calva. El buitre leonado (Gyps fulvus), que aún se ve en Israel, solo tiene un poco de plumón blanco suave en su cabeza y el pescuezo está escasamente cubierto de plumas. Si el texto mencionado aplica al buitre, indicaría que la palabra hebrea né·scher tiene una aplicación más amplia. Puede observarse que, aunque los ornitólogos no clasifican al buitre leonado dentro del mismo “género” que el águila, sí le cuentan como de la misma “familia” (Accipitridae). Sin embargo, algunos opinan que Miqueas 1:16 se refiere a la muda que experimenta el águila, aunque se dice que este es un proceso bastante gradual y casi imperceptible. Por otra parte, este proceso de muda, que reduce algo la actividad y la fuerza, y que es seguido por una vuelta a la vida normal, puede ser a lo que hiciera referencia el salmista cuando habló de la juventud de uno “renovándose tal como la de un águila”. (Sl 103:5.) Otros ven en estas palabras una alusión a la vida relativamente larga del águila, pues se sabe de algunas que han alcanzado los ochenta años.
El nombre latino Áquila (Hch 18:2) significa “águila”.


Las águilas.
He. 1:1 Dios habla a través de los animales.
El Señor se presenta como una gran águila y nosotros como su nidada. Dt. 32:11.

1.    El águila está en la lista de los animales inmundos. ¿Cómo? Nuestro Señor JesuCristo. II Co. 5:21. La cruz.

2.    Nadie se puede acercar al nido del águila sin que se dé cuenta. Job 39:30, 27. 

3.    Lugares altos. Col. 3:1. La roca, Cristo Jesús.

4.    El águila limpia, purifica los campos.

5.    Las águilas apareadas no cambian jamás de pareja.

6.    Ponen casi siempre siete huevecillos. Habla de predestinación.

7.    No cambia de nido. Empolla a sus huevos.

8.    Mamá águila busca el alimento exacto. Carne de cordero, JesuCristo. La miel es un tipo de la Palabra de Dios. El agua es tipo del Espíritu Santo. La sangre representa a la sangre de Cristo.

9.    Las águilas no mueren viejas, sino de hambre. Sal. 103:5. El pico se hace curvo y no puede comer. La participación de Cristo, la renovación.

10.    Las águilas cambian de plumas cada año.

11.    Las águilas rompen el pico sobre la roca. Su pareja le trae una presa jugosa, para afectar su olfato. Las águilas viven de cien a doscientos años. Gá. 6:1.

12.    Tener visión de Dios. Job 39:27-29. Las águilas comen en su nido, aprenden a mirar en su nido. El aprendizaje en la iglesia.

13.    El nido. Las varas largas son los ministerios. Varas cortas son las ayudas y gobernaciones. El musgo es la capa de amor. Hay espinas y también musgo. El alimento seleccionado.

14.    El revolotear. Dt. 32:11. Los polluelos aprenden a volar. El fruto del Espíritu. Se quita el musgo y aparecen las espinas. El hacernos vivir en nuestra autoridad.

15.    Las bolsas de aire debajo de las alas. Jn. 3; Hch. 2. El viento es el Espíritu Santo. Rápidos en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Los dones del Espíritu Santo. Las tormentas están debajo de ellas.

16.    Mt. 24:27. La venida de Cristo, el arrebato. El cuerpo muerto, la cruz. Las águilas son los vencedores. 

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