EL CAMINAR DE FE DE ABRAHAM.
Por Roberto Ewing.
Cada avivamiento en la historia se ha perpetuado solamente en la medida de cuánta Palabra de Dios ha sido revelada.
Sin embargo, esto no ha sido únicamente por causa de la revelación, sino porque la revelación ha sido obedecida.
En el Salmo 9:10 vemos un principio verdadero “Y en ti confiarán los que conocen tu nombre”. Abraham nos muestra lo que esto significa.
Hubo siete apariciones de Dios a Abraham. Cada una de ellas produjo que la fe de Abraham se incrementara a medida que él obedeció la palabra que vino con la revelación de Dios.
Hay otros lugares, como Apocalipsis 2:3, donde Dios o Cristo se revelan progresivamente en nuevas maneras a su pueblo. Mencionaremos también los nombres divinos equivalentes en el Nuevo Testamento de los que aparecen en el Antiguo Testamento, por los cuales Abraham vio a Dios.
1. El llamado de la fe.
Hechos 7:2, 3.“El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando él en Mesopotamia... y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que te mostraré”
Aquí tenemos la confesión (el llamado) de la fe Pedro nos dice que Dios “nos ha llamado por su gloria y virtud”. II P. 1:3.
2. El conflicto de la fe.
Comienza cuando Jehová le apareció a Abram. “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, que le había aparecido ¿por qué dice que Dios le apareció a Abram, cuando leemos en la Biblia que nadie puede ver a Dios y vivir? Dios el Hijo y no Dios el Padre, fue quien se reveló a Abram”. Gn. 12:7.
Instintivamente Abram sintió en esta extraña tierra que el conflicto resultaría de tal manera que él se preparó para ello al construir el altar. La verdad es que hubo tres conflictos, con una presión cada vez mayor.
1. A causa del hambre, Abram descendió a Egipto donde él casi se mete en problemas con Faraón.
2. Luego él y Lot regresaron a Canaán, donde debido a los siervos de ambos, ellos se separaron. Uno escogió el camino de la fe, y el otro se fue hacia Sodoma y Gomorra, el camino de la carne.
3. Amraphel, quien es el famoso Hamurabi de la historia, y otros reyes con él, saquearon Sodoma y Gomorra, pero Abram y sus siervos entrenados los persiguieron y ganaron la victoria sobre ellos.
Esto resume el conflicto de la fe que experimentamos al confiar en Dios, y que viene de nuestros tres enemigos: el sistema del mundo, la carne y el diablo.
No dudes que Jehová quien le dio perseverancia y consuelo a Abram para continuar, su equivalente es el “Dios de la paciencia y de la consolación”. Ro. 15:5.
3. La consideración de la fe.
Se ve cuando Melquisedec, quien es Dios el Hijo en el Antiguo Testamento, apareció a Abraham después de la victoria. Él era Sacerdote de El Elyon, el Dios altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra.
El trasfondo de Abram (Jos. 24.2) era de idolatría. Era lo que sus padres le habían enseñado. Pero Dios había visto su corazón honesto. En esos días, ellos tenían un dios para cada tierra. Puede ser que Abram estaba pensando que éste nuevo Dios era el dios de alguna tierra que le había tomado cariño por alguna extraña razón.
Sin embargo lo que fueran sus pensamientos, cuando de repente él descubrió que éste no era una deidad regional, sino era el Dios del cielo y de la tierra, entonces su consideración de Dios lo abrumó. Así que cuando toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra le fue ofrecida, él inmediatamente la rechazó. Hoy cuando consideramos cuán grande es nuestro Dios mayor que nuestro problema, entonces el problema se desvanece y nuestra fe se incrementa.
Era el “Dios del cielo” y el “Señor de la tierra” quien le apareció. Es interesante que la primera mención de la Jerusalén terrenal tenga que ver con el Dios del cielo y de la tierra y también la última mención. Ap. 11:4, 13.
4. La consistencia de la fe.
Pues en Génesis 15:1 Dios se le aparece como “Yo soy tu escudo, y tu galardón sobremanera grande”.
Consistencia habla de avanzar hasta el fin sin titubear. Aquí es donde Dios hace un pacto con Abram.
La parte de Abram era dividir los sacrificios (exceptuando las aves. Gn. 15:10,11). La parte de Dios era enviar el fuego sobre el sacrificio. Pero en lugar de que el fuego cayera, las aves descendían sobre los cuerpos muertos (sacrificios).
La consistencia de la fe de Abram se ve en que él se mantuvo alejando las aves. Dios descansa cuando nosotros trabajamos, pero Él obra cuando nosotros descansamos. Fue cuando Abram se durmió profundamente que Dios le apareció en un horno humeando cuando el fuego de Dios cayó y una antorcha de fuego pasó entre los animales divididos
Hallamos que “El Dios de esperanza” de Romanos 15:13 es el Dios nuestro “Escudo y Galardón sobremanera grande”. Usualmente cuando Dios nos da una promesa en la cual Él desafía nuestra esperanza, encontramos que sigue una lucha antes de lograr esa esperanza. Así que Dios mostró a Abram aquí, como su simiente debería soportar su estancia en Egipto y debería vencer a ciertas tribus mencionadas aquí antes de que el pacto se llevara a cabo.
5. La conciencia de la fe.
Dios quiere que estemos más conscientes de Él que de los problemas inmediatos. Así que la siguiente aparición de Dios a Abram (Gn. 17:1) fue la del “Dios Todopoderoso”, El Shaddai, que significa “El fuerte pecho alimentador”.
Le dijo a Abram, “anda delante de mí, y sé perfecto”. Si unos niños pelean mientras caminan con sus padres, es porque van detrás de ellos, sin embargo cuando los padres les dicen: camina delante de mí y sé perfecto, eso les ayudará a estar más conscientes de sus padres, para proteger su conducta.
De nuevo Dios confirma su pacto. Una cosa que fue diseñada para guardarlos siempre conscientes de Dios fueron sus nombres nuevos, Abraham y Sarah, que Dios les dio. También la señal personal de la circuncisión fue diseñada para mantenerlos conscientes del pacto de Dios hecho para ellos.
El “Dios de toda gracia”. (I P. 5:10) nos hace conscientes de Él, en contraste con el legalismo, que nos deja condenados a través de la conciencia de nuestra debilidad. El Dios de la Gracia trabaja al máximo para nosotros, cuando nos damos cuenta de cuán débiles somos.
Abraham tenía 99 años cuando Dios le dio la promesa de Isaac, así que fue un buen candidato para el Dios de toda Gracia.
En I Pedro 5:10, el apóstol muestra cuatro cosas que el Dios de toda gracia hará por nosotros. “El mismo os perfeccione, confirme, corrobore, y establezca”.
6. Una fuerte convicción de la fe.
Comienza con la aparición de tres hombres: “Y aparecióle Jehová en el valle (robles) de Mamre” Gn. 18:1. Esta aparición en la forma de tres hombres, uno de los cuales se llama Jehová catorce veces. Su nombre no se ve hasta Génesis 21:33.
Entre los árboles de Beer-seba, Abraham invocó “el nombre de Jehová Dios eterno”. En el hebreo esto es El Olam, o Dios el revelador de las cosas ocultas.
Hallamos ambos aspectos en estos cuatro capítulos. Vemos a Dios como el revelador de los secretos en Génesis 18:17, donde dice: ¿encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?
Y luego el lado eterno de Dios se ve en contraste a la temporalidad de este mundo cuando Él ve a Sodoma y a Gomorra destruidas en llamas.
Vemos la convicción de la fe probada y recompensada en que finalmente Isaac nació. Y después su fe se hizo más fuerte en su convicción cuando él vio el azufre y el fuego cayendo del cielo para destruir las ciudades perversas.
Este es un cuadro de lo que acontecerá a nuestra civilización. Y en tercer lugar, encontramos que cuando Ismael estuvo molestando a Isaac, Dios le pidió a Abraham que corriera a la sierva y a su hijo.
Todo esto lo preparó para la más grande prueba de su fe, que estaba por venir.
¿Cuál nombre sería el equivalente en el Nuevo Testamento del Dios eterno?
En Mateo 22:32 leemos: “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”. Siete veces en el Antiguo Testamento el Señor es llamado el “Dios vivo”.
Él es el gran Yo Soy, Aquél que se revela continuamente a sí mismo (Ex. 3:14).
“Esta empero es la vida eterna: que te conozcan (a través de la experiencia), el solo Dios verdadero, y a JesuCristo, al cual has enviado”. Jn. 17:3.
La vida eterna se desarrolla en nosotros solamente cuando el Señor nos hace conocer su persona y sus secretos.
7. La confirmación del pacto de Dios.
Cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a su hijo, por dos testigos este pacto fue confirmado: pues el ángel del Señor (Cristo) habló desde el cielo dos veces, asegurándole a Abraham la inmutabilidad de su pacto.
Quizás el más grande tipo del calvario se ve en el drama humano. Aquí Dios se revela como Jehová Jireh, que significa “El Señor verá” y por extensión quiere decir “El Señor proveerá”, pues cuando Él ve una necesidad que cumple su deseo, entonces Él proveerá su respuesta.
Su pacto cuádruple se ve en:
1. “Bendiciendo te bendeciré.
2. Multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está a la orilla del mar.
3. Tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos.
4. En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”. Gn. 22:17, 18.
No perdamos de vista que el principio total que la historia de Abraham revela es: mantener nuestra relación con Dios y con su Palabra actualizada y fresca al obedecer cada nueva palabra presente que Él nos dé.
Algunos lugares en el Nuevo Testamento nos dan los mismos pasos de la fe.
Notemos uno en Romanos 4:17-21.
1. La confesión (llamado) de la fe se ve en el verso 17.
2. El conflicto de la fe se ve en el versículo 18, como la esperanza espiritual vence nuestra natural esperanza debilitada. Se da cuando se permanece en la promesa dada.
3. La consideración de la fe fue cuando Abraham consideró la grandeza de Dios más que su carne débil. V. 19.
4. La consistencia de la fe se ve en el verso 20a.
5. La conciencia de la fe se mira en el versículo 20b. “Tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza” y él fue “esforzado en fe, dando gloria a Dios”.
6. La convicción de la fe se ve en el verso 21, pues “él fue plenamente persuadido (convencido) de que todo lo que había prometido, era también poderoso para hacerlo”.
7. La confirmación del pacto por fe se ve no sólo en que Dios restauró a Isaac a Abraham, sino que por esta obediencia le fue imputado a justicia. V. 22.
Todo esto siguió después del verso 12, donde dice que sigamos “las pisadas de la fe que fue en nuestro padre Abraham”.