Altar del Incienso
El altar del incienso nos muestra el Orden Divino para la adoración. (Éx. 30:1-10,34-38; 37:25-29).
-
a) El altar era de madera del desierto, dura y resistente a todo deterioro, cubierta con oro puro, sobre la cual se ponía el incienso. Sí, Cristo, quien fue el Hijo del hombre, al igual que el Hijo de Dios, es la base de toda nuestra adoración.
-
b) El altar, como el resto del tabernáculo era cada año rociado con sangre, lo cual indica que sólo mediante la sangre, se abre el camino a la presencia de Dios.
-
c) Este era el mueble más cercano al lugar santísimo, que aunque no estaba allí, le pertenecía, según se lee en Hebreos 9:4 (incensario significa “altar”). Lo cual muestra a Cristo como el centro de la adoración: porque el altar se localizaba enfrente del arca, con el velo de por medio.
-
d) El incienso seco pulverizado, cuando se ponía en contacto con las brasas del fuego del altar, llenaba toda la casa con su nube, es decir, “Los que adoran al Padre, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”, (Jn. 4:24), y así toda la atmósfera se saturará de esta adoración encendida por el Espíritu.
-
e) Cuando Aarón encendía las lámparas en la tarde o las despabilaba por la mañana, entonces el incienso ascendía. Así mismo, cuando comenzamos a dar testimonio de Cristo o nuestra vida pasa por la prueba, necesitamos ocupar mucho de nuestro tiempo en la adoración. (Hch. 12:5).
-
f) Ningún fuego extraño debía ser puesto sobre el altar. Ninguna adoración del alma, ni ópera de la mejor calidad o jazz, puede sustituir la divina conexión que sólo la adoración a Dios nos proporciona. Tampoco puede algún celo equivocado o fuego extraño de otro espíritu, participar en esta adoración, sin ministrar muerte al adorador. (Lv. 10:1).
-
g) Este altar, al igual que el otro, tenía cuatro cuernos; la verdadera adoración tiene poder en sí misma (los cuernos denotan poder).
Recordemos que aunque la comparación del tabernáculo nos ayuda a definir y localizar el Orden Divino, toda la Biblia está llena de este supremo orden, por ejemplo, Deuteronomio 16:21 dice que Israel no debe hacer como hacen los paganos que añaden otras cosas a su culto, tales como bosques (árboles decorados para atraer adoradores). La ira de Dios cayó sobre los reyes de Israel más veces por esta causa que por cualquier otra. No debe haber entretenimientos especiales o anuncios personales como atracciones populares en la verdadera adoración. Porque si así es, no le adoraremos con los motivos correctos.